Acuarela

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jueves, 8 de enero de 2015

El Galán de la Membrilla ocupó un lugar destacado en el discurso de ingreso del escritor, investigador y catedrático Juan Manuel Rozas en el Instituto de Estudios Manchegos el 26 de enero de 1979

Juan Manuel Rozas 
Juan Manuel Rozas, catedrático, escritor, investigador y crítico literario nació el 3 de abril de 1936 en Ciudad Real y falleció en Madrid, el 14 de enero de 1986. Licenciado en Filología Románica y Doctor en Filosofía y Letras, fue catedrático de Literatura Española en las universidades de Santiago de Compostela y Extremadura[1].

En el discurso titulado “Ciudad Real y su provincia en el teatro de Lope de Vega”, Rozas hizo un repaso de las obras lopianas que tratan de nuestra provincia y concretamente sobre el Galán de la Membrilla apuntó lo siguiente[2]:

“Por fin, el vino: «El galán de la Membrilla»
La última comedia que vamos a examinar es -descontada Fuenteovejuna- la más interesante, y desde luego la que más tiene que ver con el tema que ahora nos ocupa, pues en ella, tipos y ambientes nos resultan familiares a los manchegos.

Como tantas veces, Lope parte de una letrilla que ha oído cantar a su paso por nuestra tierra:

Que de Manzanares era la niña, 
y el galán, que la lleva, de la Membrilla 

Lanza, 27 de enero de 1979
Sobre este diminuto motivo ha de montar Lope su argumento: una mujer de Manzanares, un hombre de la Membrilla, y una relación entre ellos que, tal vez, en sus orígenes fuese pacífica, pero que el Fénix dramatiza en una fuga de ambos enamorados.

…..Hay tres tipos entre los personajes que encajan muy bien dentro de La Mancha. Tello, el rico labrador, cosechero de vinos, pendiente de su hacienda y de la felicidad de su hija. Los otros dos forman pareja como amo y criado. Son: don Félix y el gracioso de la obra, Tomé. El recuerdo de Don Quijote y Sancho Panza es ante ellos muy persistente en el acto primero. Un hidalgo pobre, en un lugar de La Mancha, que se pone en camino a lomos de un flaco rocín, sirviéndole como escudero un villano….

Con todo, como ya señaló Menéndez Pelayo, y en nuestros días Diego Marín, es el ambiente bodeguero lo que da el sabor más manchego a la obra. Lope, sin duda, conoce los dos lugares, Manzanares y Membrilla, y recuerda muy bien la gran proximidad de ambos, unos dos kilómetros, es decir, la presencia continua de un pueblo en otro, presididos por la torre de la iglesia. Esta proximidad es la causa, sin duda, de que un hecho de amores se hiciese legendario por medio de la famosa letrilla.

Para don Marcelino El galán de la Membrilla es también obra costumbrista. Representa, según el gran polígrafo, exactamente las costumbres de La Mancha baja, y por este motivo la enfrenta con Peribáñez, que se desarrolla en La Mancha de Toledo.”



[2] Ciudad Real y su provincia en el teatro de Lope de Vega / Juan Manuel Rozas Cuadernos de Estudios Manchegos, núm. 10, II época (diciembre de 1980), pp. 143-169.

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