Acuarela

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jueves, 18 de septiembre de 2014

1914, del Cementerio de San Juan al de San Miguel o San Cristóbal

En 1869, pocos meses después de la revolución de 1868 que acabó con el reinado de Isabel II, la salud pública fue uno de los temas que más preocuparon al nuevo ayuntamiento de Membrilla. Así lo constata Pedro Almarcha en su trabajo “La revolución democrática en Membrilla, 1868-1875[1]”:

“Los adelantos técnicos y la mayor sensibilidad social empezaron a modificar el estilo de vida de nuestro pueblo. Una obra de cierta importancia para Membrilla fue la proyectada el 20 de junio de 1869 bajo la presidencia del señor alcalde D. Francisco de la Barrera, que propuso vender los bonos en cantidad de 3.400 escudos, de los que podrían sacarse 1.836 escudos. Destinando mil escudos para ensanchar el cementerio; 868 escudos para edificar de nuevo el ruinoso hospital de esta villa “en bien de la humanidad”, siendo éste un pueblo muy transitado con frecuencia por pobres, atendiendo a la completa necesidad del referido asilo. Formando una comisión compuesta por tres individuos y tres maestros alarifes: Blas Heredia, Juan Manuel Atochero y Juan Antonio Carrillo y los alarifes José Rodero, Julián Alhambra y Juan Lozano. 

En cuanto al arreglo y ensanche del cementerio sabemos, por los documentos del ayuntamiento, que era de tamaño reducido, según los vecinos; los cadáveres se encontraban a flor del terreno, lo que producía olores fétidos y pútridos que perjudicaban la salud del vecindario. Por todo ello el consistorio recomendó hacer un ensanche con zócalo de cal y canto y lo restante de tapial. El ensanche sería de 35 x 30 x 35 por donde había de unirse al cementerio viejo[2]. Creemos que el ensanche se realizó, si bien no hay constancia de ello".

Años después, en el pleno del 30 de diciembre de 1897, se vuelve a constatar el mal estado del cementerio municipal de San Juan situado donde estuvo la ermita del mismo nombre.

En los años posteriores se realizaron algunos arreglos pero finalmente, y con buen criterio, se llegó a la conclusión de construir uno nuevo más alejado del casco urbano que estaba llegando a sus inmediaciones.

En el año 1913 la construcción del nuevo cementerio fue una ocupación habitual del ayuntamiento de Membrilla. El asunto se trató en diversos plenos acordándose comprar una parcela para ubicar el nuevo cementerio en el camino de San Miguel a Manuela Jiménez Valladolid Martín por 1.184 pesetas, redactándose el correspondiente proyecto para su edificación[3].

1914

El reglamento de administración del cementerio de San Miguel (así figura en las actas) fueron aprobados por el gobernador y el obispo el 3 de abril y en los meses de junio y julio, fueron ratificados y modificados por el pleno del ayuntamiento de Membrilla.

El 9 de agosto se acordó realizar la clausura del cementerio de San Juan y la apertura y bendición del nuevo cementerio de San Miguel el 23 de agosto.

El 21 de septiembre de 1914 se produjo el primer enterramiento en el cementerio actual de Membrilla, fue el niño Cristóbal Quevedo Valdepeñas[4], que ha pasado a darle nombre. 


[1] ALMARCHA JIMÉNEZ, Pedro, “Revolución democrática en Membrilla, 1868-1875”, Ayuntamiento de Membrilla 2011, página 154 
[2] D.A.M.M. Documento fechado el 31 de julio de 1869. Legajo 87 carpeta 94. 
[3] Libros de actas de pleno del Ayuntamiento de Membrilla 
[4] ALMARCHA JIMÉNEZ, Pedro y JIMÉNEZ VILLALA, Enrique, “Mattía Battistini y Dolores Figueroa Solís, una pareja ilustre de Membrilla”, Membrilla 2012

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